Anteayer rendí el último examen final de esta carrera que empecé allá a mitad del 2013. Todavía me quedan tres monografías para entregar y recibirme, pero al menos lo que es la etapa de exámenes se terminó hasta que vuelva a empezar otra cosa vaya uno a saber cuándo.

Ahora adiós estrés de final y hola estrés de mudanza (?) y el que implica buscar y conseguir trabajo. Empieza una nueva etapa y sinceramente me pone nerviosa... una vez que deje el nido empieza para mí la autosustentabilidad donde dependo de mí misma y tal vez, como conozco mis fortaleza y debilidades, no me siento muy segura. Tengo miedo, pero no lo suficiente como para dar marcha atrás.

Mi novia también se va a mudar conmigo. Después de estos meses intensos y trágicos en Chile, ella tomó la decisión de viajar a Buenos Aires y probar suerte conmigo. Como hace siete años, somos compañeras y socias en las buenas y en las malas, así que sé que en esta nueva etapa, además de contar con mis amigas, también cuento con que vamos a estar muy cerca para apoyarnos.

Este 2019 fue más complicado de lo que hubiera imaginado tanto para mí como para la gente cercana que quiero: pérdidas, operaciones, crisis, depresiones... De todo corazón deseo que el 2020 traiga cosas buenas para todas (y en caso contrario, espero poder estar presente para dar mi cariño y apoyo). Tengo como más expectativa con el cambio de año (aunque el nuevo gobierno nuble un poco los horizontes pero en fin) sobre todo poder realizar cambios internos que me permitan alcanzar ciertos objetivos que vengo procrastinando o saboteando con excusas.